“Las Hazas” siempre ha sido nuestra casa familiar y se construyó pensando en que fuese un hogar con espacios amplios, con jardines y piscina, con su huerto… y ahora renovamos esa misma ilusión de que siga siendo un “hogar vacacional” para todos los que decidan compartir con nosotros esa misma sensación de cariño y cuidado que rezuman sus paredes, su mobiliario, su iluminación… Nuestro objetivo es compartir ese amor por el descanso y la seguridad, el confort y el privilegio de saberse en un lugar único, privilegiado y lleno de historia, de tradición y de vida: al fin y cabo “La Hazas” sigue siendo “una casa familiar” y por eso la alquilamos a grupos y familias y no lo hacemos por habitaciones individuales: queremos que respire cariño y amor, que se escuchen risas y que la familia o el grupo de amigos sienta que está en un hábitat perfecto para estrechar lazos, descansar y tomar fuerzas “cargando las pilas” del alma. Los espacios amplios y techos altos son irrenunciables, el aire acondicionado y la piscina, su jardín y su huerto ecológico a su disposición para el verano, y la chimenea, la calefacción y la bomba de calor para el invierno: Miles de detalles de un auténtico “hogar”

Tanto mi marido Manuel como yo, somos personas detallistas que encontramos la felicidad en la felicidad de los demás. Nos encanta viajar y recogemos en “Las hazas” las ideas que nos han gustado de los alojamientos que hemos disfrutado, pensando en que ustedes se encuentren, y sean tratados, tal y como nos gustaría que se nos tratase a nosotros cuando viajamos… ¡y aún mejor!. Por eso no paramos hasta conseguir las cuatro estrellas que la Junta de Extremadura concede a las Casas Rurales excepcionales, pero a un precio asequible, pues a nosotros nos gustaría encontrar un sitio así: Bueno, bonito y barato. Así somos: generosos y amables, encantados de ayudar y de hacer que, los que se cruzan en nuestras vidas, se lleven un pedacito de nosotros mismos; que se sientan queridos y que noten el interés que nosotros tenemos en que “Las Hazas” sea muchísimo más que un “alojamiento vacacional”, sino que sea un espacio que fomente relaciones personales de interés, de mutuo deseo de ayudar y de compartir felicidad, buenos momentos, buenas experiencias, buenos recuerdos, buenas sensaciones y sentir que en este mundo estamos todos interrelaccionados y conectados: eso es, para nosotros, “VIVIR”.

“Las Hazas” es, en realidad, el nombre que tenía este paraje que se situaba a la derecha del ya desaparecido “camino del guijo”, sustituido cuando en los años 50 se realizó la actual carretera, pero especialmente desde que en los dos 60 se realizase la ancha avenida desde el Parador que pasó por la mitad de “Las Hazas”, quedando como está en la actualidad: entre la avenida y lo que queda del antiguo camino del Guijo. Es, por lo tanto, un sito mágico, casi intocado, rodeado de una constante y voraz ocupación de los terrenos circundantes y quedando como el último vestigio de lo que eran los exteriores rurales de Jarandilla, pero situado dentro del casco urbano de un pueblo en constante expansión. La cercanía al castillo nos ha permitido encontrar vestigios celtas, romanos, visigodos, medievales, renacentistas… que permanecen varados en el tiempo en Las Hazas y que también quedan prendidos en el interior de la casa en piezas de igual valor histórico. Jarandilla fue habitada desde épocas remotísimas y “Las Hazas” es, quizá, el último vestigio existente de un pasado que se antoja romántico y privilegiadamente vivo: Queremos que usted también se sienta parte de la historia de la Vera.

Idiomas que habla: Francés, Español, Inglés